SOBRE CLAUDIA VALENTINA Y LAS SANACIONES ESPIRITUALES

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Tenía solo diecinueve años cuando me diagnosticaron una enfermedad crónica.  "Bailas y haces ejercicio en exceso, probablemente por eso tienes vértigo y fibromialgia", dijo el doctor. Recibí tratamiento de varios médicos en busca de sanar mi cuerpo, pero nadie pudo ayudarme. Llegó un momento en el que ya no me quedaba lucha ni ganas de buscar, hasta que un día mi intuición entró en acción. Mi alma gritaba: "¡Es más profundo que lo físico!"  No tenía ni idea de lo que eso significaba en ese momento. 

A los veintidós años, toqué fondo. Era un gran intérprete cuando se trataba de enmascarar el dolor. En esa etapa de mi vida, pensé que lo tenía todo y que había logrado mucho para un joven de veintidós años, pero al mismo tiempo no tenía nada.  No quería tener nada que ver con mi estilo de vida actual, incluso si eso significaba perderlo todo y empezar de nuevo. Mi alma se moría de hambre a pesar de que tenía el estilo de vida que esta generación demuestra como "éxito". 

Sin embargo, en busca de sanar mi cuerpo, descubrí a la edad de veintidós años que estaba siendo atacado espiritualmente y, como resultado, se manifestó en mi cuerpo como una enfermedad, descomponiéndome lentamente. No solo me hicieron brujería a mí, sino también a mi familia y a mi hogar. Pensamos que huyendo y comprando una casa nueva, nos curaríamos, pero en lugar de eso, nos siguió. Fui a diferentes iglesias y hablé con los sacerdotes para buscar su ayuda. Ellos mismos tenían miedo de lo que mi familia y yo enfrentábamos y no hicieron nada al respecto. Dijeron: "Solo lee la Biblia, estarás bien".  Poco después de eso, mi "enfermedad" comenzó a empeorar con el tiempo.

 
La búsqueda de ayuda era interminable. Todos pensaban que estaba loca porque en la superficie no parecía enferma, pero por dentro sentía un dolor que se sentía como si me estuvieran apuñalando desde las caderas hasta la columna vertebral y el cuello, lo que hacía que fuera cada vez más difícil caminar.  La hora de acostarse era lo peor. Tampoco podía acostarme en mi cama y dormir tranquilamente porque también sentía que algo pesado y oscuro estaba encima de mí. El insomnio era brutal, pero el miedo a quedarse sola era paralizante. 

Le había rezado a Dios para que si esta iba a ser mi vida, me dejara ir. Dos días después conocí a una enfermera, masajista y sanadora espiritual chamánica de Dios llamada Yajayra Gross. Dios trajo de vuelta mi brillo a través de ella con una sanidad constante de 2+ años.  No fue un paseo por el parque, pero fui dedicado. Yajayra fue la única persona que estuvo y sigue estando genuinamente ahí para mí y tiene integridad.  Ella nunca se aprovechó de mí entre todos los médicos que me trataron. Sabían que no podían ayudarme, pero seguían infundiendo esperanza solo para sacar provecho de mí. Ella oró, me abrazó y luchó conmigo para que un día pudiera valerme por mí mismo sin aferrarme a lo que me rodeaba. 

Con el tiempo conocí a mi maestro, Víctor Barron, para quien no tengo palabras, pero le siento una gratitud abrumadora y mucho amor. Él también cambió mi vida a través de la palabra de Dios y una GRAN parte de mi crecimiento espiritual, sanación y enseñanzas. Siendo el Sanador de Dios dotado y ungido que es Yajayra, poco sabía que también sería elegido para servir a nuestro Padre Celestial y convertirme en un Sanador. Desde los veinticuatro años hasta ahora; A la edad de veintiséis años, mis dones espirituales comenzaron a desarrollarse y aún continúan desarrollándose.  Si no hubiera llegado a lo más bajo de lo más bajo, no habría sabido lo bueno que realmente lo tenemos. Cómo ya es una bendición despertar a otro día de vida. 

No esperes hasta que estés listo" o cuando las cosas empiecen a ir realmente mal para cambiar como lo hice yo. Te ahorrarás tiempo, dinero y angustia.   

Todavía me sorprende hasta el día de hoy que viviéramos en la oscuridad durante tanto tiempo y sin embargo pensáramos que era la norma. Muchas personas mueren por brujería sin tener ni idea. Pidiendo ayuda desde todas las direcciones, pero siendo visto como loco como yo. En busca de sanidad en todos los lugares equivocados, siempre me llevó de regreso a nuestro Dios Jesucristo. A través de cada prueba y tribulación, pude superar esta adversidad a través de Dios que continúa fortaleciéndome y llenándome con su amor incondicional. No hay duda de que yo mismo o los demás no podemos superar nada porque ciertamente podemos.  ¿Cómo podemos perder si Dios nos atrapa? 

Comparto mi viaje de sanación para traer esperanza; Que tú también puedes sanar a pesar de todas las mentiras y el veneno emocional que estaba incrustado en nosotros. 

Ahora es el momento de despertar a la humanidad.